Las historias románticas van hiladas a nuestras hormonas, estas se han encargado, a través de los siglos, de darnos alegría, melancolía, chispa y un cuerpo que nos habla toda nuestra vida.
En nuestras pláticas de todos los tiempos, compartimos la magia del lenguaje, hablamos de la aparición de vellos en el pubis, la primera regla, el arte de la seducción, el secreto de la primera vez, las múltiples veces, de los partos, etc. Sin embargo, las voces disminuyen con el tema de la menopausia y se hacen susurros para hablar sobre alteraciones de la vagina y del control de la orina
Mi tía Francisca me dijo, medio en broma medio en verdad, “Brenda, ¡de que te vas a orinar te vas a orinar!”. Esto me llevó a hablar con otras mujeres sobre sus experiencias, quienes me han compartido como se han adaptado a esta situación. Me doy cuenta que existe una aceptación pasiva y silenciosa ante este hecho, que nos orienta a dejar que la incontinencia urinaria nos alcance como parte de la vida.
Como médica rehabilitadora, apasionada de la actividad muscular y neurológica, digo ¡PUES NO! No es permitido quedarnos sentadas esperando que se nos afloje la vagina y se nos salga la orina.
Conocer mejor nuestro cuerpo nos da poder y nos permite realizar acciones que mejoran nuestra calidad de vida, Una de estas acciones es la rehabilitación por medio de la re-educación muscular la cual nos ayuda a fortalecer el piso pélvico, lo que previene y mejora la caída del útero, la vagina o el recto, así como también la incontinencia urinaria.
El piso pélvico es nuestro lugar privado, lo llamamos partes íntimas y está localizado entre nuestras piernas, por delante pega con el pubis y por detrás con las nalgas, lo sientes al poner la mano entre los muslos.
Es una estructura compleja formada por músculos, nervios y ligamentos, lo de «piso» o «suelo» es por ser la parte inferior del abdomen, le llamamos pélvico, porque le da sostén a los órganos pélvicos: el útero, la vagina, la vejiga, la uretra y el recto. Está íntimamente vinculado con la maternidad y actividades de la vida, diaria como defecar, orinar y por supuesto, la vida sexual.
Cualquier situación o lesión en esta área lleva a alteraciones del piso pélvico, lo que puede llevar a escapes de orina (incontinencia urinaria por esfuerzo); un descenso de los órganos pélvicos – llamados prolapsos- , disfunción sexual, incontinencia fecal entre otros, lo que afecta la calidad de vida.
Se estima que un 30 % de las mujeres vamos a presentar alteraciones del piso pélvico y es importante mencionar los principales factores de riesgo: fumado; actividades que incrementan la presión en el abdomen, como levantar pesos, algunos tipos de ejercicios y realizar mucho esfuerzo al defecar; los partos vaginales; extirpación del útero; sedentarismo, sobrepeso; algunas enfermedades debilitantes y genéticas.
Les recuerdo que con buena información, podemos tomar decisiones exitosas para nuestra salud y calidad de vida, sin importar la edad que tengamos.
En mi próxima entrega traeré información sobre la incontinencia urinaria en mujeres, pueden dejar sus comentarios e inquietudes si desean.
7 Comentarios
interesante
Es un tema importante y efectivamente afecta la calidad de vida de las personas. Yo me hice cirugía T.O.T. hace 7 años y me fue fantástico! La recomiendo
Me encanto Brenda! La información es muy clara y precisa.
Mi mamá me recomendaba algunos tips, para disminuir la posibilidad de padecerla.
Lenguaje sencillo y claro.
Me parece excelente tu proyecto, querida Brenda.
La información que nos brindas en este primer tema, para mi, me es muy util. Estaré pendiente.
Es cierto que ya con la edad se pierden ciertas facultades. A mi me sucede que voy al baño y cuando me levanto siento una gotita.